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Conversamos con Ernesto Moya: Panelista del 1° Congreso Técnico Científico del Avellano
El evento, organizado por AgriChile reunirá a expertos e investigadores para compartir los últimos avances en el cultivo del avellano europeo.
En esta nueva entrega del ciclo de entrevistas a los expositores que estarán en nuestro congreso a realizarse el próximo 19 de junio, conversamos con Ernesto Moya, académico e investigador del Laboratorio de Fitopatología de la Universidad de Concepción.
Con una reconocida trayectoria en el estudio de patógenos emergentes, Moya ha liderado investigaciones que han contribuido significativamente al conocimiento y manejo sanitario del avellano europeo en Chile.
¿Cuál es el principal aporte de su investigación o experiencia al desarrollo del cultivo del avellano europeo?
—La investigación en distintos patógenos que afectan al avellano europeo que hemos realizado en el Laboratorio de Fitopatología de la Universidad de Concepción ha permitido identificar problemas de patógenos emergentes en este cultivo en nuestro país, como es la presencia de hongos que causan cancros y muerte de madera asociada a especies de las familias Botryosphaeriaceae y Diaporthaceae, así como la primera descripción en el mundo de Fusarium culmorum y F. avenaceum, causando daño en la madera de avellano, siendo estos patógenos que afectaban principalmente cereales como trigo, y proponiendo un cambio de hospedero en estas especies de hongos. En este aspecto, se han desarrollado y evaluado estrategias de manejo de esta problemática a través de la evaluación de fungicidas microbianos y convencionales para el control de esta problemática. Del mismo modo, hemos avanzado en el uso de técnicas de monitoreo molecular aerobiológico del oídio que afecta al avellano europeo, y el desarrollo de estrategias de manejo para su control que sean sustentables y que reduzcan el uso de fungicidas sintéticos.
¿Qué desafíos enfrenta hoy la industria del avellano europeo en términos productivos, ambientales o tecnológicos?
—En el manejo de enfermedades, de mi punto de vista, se debe trabajar en el registro de más productos para el control de enfermedades que afectan al cultivo y trabajar fuertemente en el desarrollo de estrategias de monitoreo que permitan utilizar los plaguicidas químicos y biológicos en el momento más oportuno para el control de enfermedades recurrentes como el tizón bacteriano causado por Xanthomonas arboricola pv. corylina, y de estas especies de hongos emergentes como Botryosphaeriaceae y Diaporthaceae que serán más recurrentes en la medida que los huertos incrementen en edad desde su plantación y los efectos del cambio climático favorezcan o hagan más recurrentes eventos no esperados como lluvias, heladas u olas de calor.
¿Cómo visualiza el futuro de este cultivo en Chile y a nivel global?
—La proyección de alcanzar alrededor de 60 mil hectáreas en los próximos años en el país, indica que será un cultivo frutal relevante, y quizás se convierta en el principal frutal de nuez en el país en la medida que más agentes comercializadores se establezcan en Chile. Sin embargo, los desafíos de producir un cultivo bajo los estreses que deberá enfrentar la agricultura en general frente al cambio climático y, en el caso del manejo de enfermedades, en trabajar para producir en agroecosistemas que favorezcan el uso de microorganismos benéficos que favorezcan una microbiota saludable alrededor de la planta, que inhiba el desarrollo de enfermedades y favorezca su crecimiento, será un cambio de paradigma a las que se deberán enfrentar los productores de avellano en Chile y el mundo.
¿Por qué considera relevante la realización de un congreso científico como este para la comunidad agrícola y científica?
—Creo que en los últimos 10 años se ha desarrollado investigación de excelencia y muy relevante en distintos tópicos asociados a la producción del avellano europeo en Chile, y todo esto gracias al aporte financiero, logístico y humano de las empresas Ferrero y AgriChile. Esta información está desperdigada en diferentes congresos científicos, publicaciones o en charlas que se han realizado. Sin embargo, la realización de este evento permite reunir en un solo espacio todo este valioso trabajo realizado, y probablemente proyectar los futuros desafíos que planteará el producir alrededor de 50 mil hectáreas de avellano europeo en Chile, bajo diversos agroecosistemas del país, y frente a los desafíos que implica el cambio climático, las restricciones en la disponibilidad de agua y en el uso de fertilizantes y pesticidas químicos en la producción.
¿Qué valor cree que tiene este espacio para los productores, investigadores y actores de la industria?
—Considero que en un mundo donde hoy la información está cada vez más disponible de forma digital a través de internet o el uso de IA, el crear espacios para reunir a investigadores y académicos, cara a cara con los distintos actores que participan en la producción del avellano europeo en Chile es un espacio que permite confrontar distintos puntos de vista y abrir nuevos espacios para colaborar y desarrollar una producción de este frutal de nuez que permita su sustentabilidad en el tiempo y en el desarrollo de respuestas a los problemas que actualmente existen y que vendrán.
¿Cómo ve el aporte de AgriChile a la generación de conocimiento, al impulso de la innovación y al vínculo entre el mundo académico y el sector productivo?
—En el caso de mi programa de investigación en enfermedades del avellano europeo ha sido un pilar muy importante, que como indiqué anteriormente ha sido un apoyo o soporte muy importante desde el punto de vista financiero, logístico y humano. Creo que la figura de María José Lisperguer ha sido una verdadera antena tecnológica y promotora de la innovación en este cultivo que ha reunido las capacidades de distintos actores académicos y productivos, que han permitido desarrollar investigación novedosa y única en el mundo. Por ello, ojalá siga AgriChile promoviendo distintos espacios de colaboración y vinculación para el desarrollo de este cultivo.
¿Considera importante abordar nuevas problemáticas técnicas en el manejo del avellano en Chile? ¿Cuáles?
—Considero que hay desafíos importantes como el llegar a producir avellanas bajo modelos integrados de producción que reduzcan al mínimo el uso de plaguicidas químicos y que las prácticas de manejo propendan al desarrollo de una biota microbiana benéfica que inhiba el desarrollo de enfermedades. Considero también importante, comenzar a evaluar el tema de nuevas estrategias de monitoreo de enfermedades y cómo los cambios climáticos que se prevén a futuro podrían influir en el desarrollo de distintos patógenos que estamos detectando en el cultivo del avellano europeo.
Las próximas semanas seguiremos conociendo a otros expertos que expondrán en el evento, y entregaremos más información respecto a las inscripciones para participar.